ESPAÑA, UN PAÍS DE RICOS LLENO DE
POBRES
La crisis económica que estamos
viviendo, además de estar propiciada por la oligarquía financiera de este país,
se agrava profundamente por la desigualdad creciente en la distribución de la
riqueza. Hasta el propio Papa Francisco lo ha dicho: mientras los gobiernos no
sean capaces de revertir la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad
será muy difícil erradicar la violencia, porque un sistema social y económico
es injusto desde el momento que se apoya al capital, abandonando a la
marginación social a los más desamparados, y las armas y la represión violenta
no aportarán soluciones sino que crearan nuevos y peores conflictos
La situación por la que está
pasando más de la mitad de la población española es desesperante. Miles de
familias desalojadas de sus casas todos los meses; miles de ciudadanos
recurriendo a los bancos de alimentos y a los comedores sociales por
imposibilidad de conseguir alimentos para su sustento con las paupérrimas
pensiones o subsidios que tienen. Cientos de miles de jóvenes sin empleo, y sin poder estudiar por la carestía de la educación. Y miles de ciudadanos que pasan hambre en este país afectando por desgracia a miles de niños.
En los últimos días estamos
oyendo por parte de los políticos del gobierno de forma casi obscena y
estruendosa de que la economía remonta, pero no reconocen que esa economía es
la de las grandes empresas, la banca y el capital, que obtienen escandalosos beneficios subiendo los sueldos a sus ejecutivos en la
misma proporción, a diferencia de lo que ocurre con los trabajadores de esas mismas
empresas que pierden poder adquisitivo, recortan sus derechos y bajan sus salarios.
Tampoco nos
dicen ni quieren reconocer que la desigualdad en España aumenta de forma
alarmante e insoportable, sobre todo la pobreza infantil que solo es superada
por Rumanía, ni quieren reconocer que mas de 1.800.000 familias tienen a todos
sus miembros en el paro y que mas de 700.000 hogares ya no tienen ningún
ingreso, cuyo rescate sería la mitad de lo que va a costar el rescate a las
autopistas.
Este es un gobierno que no quiere
estar a pie de calle ni reconocer que el enriquecimiento que genera el
capitalismo en una elite privilegiada, se logra a costa del empobrecimiento de
la mayoría
Y un gobierno que no está a pie
de calle, que no vive la realidad de sus ciudadanos, de aquellos que sufren
penurias por su pobreza, de aquellos que llevan años intentando conseguir un
empleo y están desesperados, no saben de la amargura de esos miles de padres
que no pueden alimentar a sus hijos por falta de medios y que si no fuera por
la ayuda y caridad de los propios familiares y las ONG, tendrían que delinquir
para obtener lo que la sociedad les niega.
Políticos cuyo único afán es
medrar en sus poltronas de ambición y soberbia, prometiendo cosas a los
ciudadanos que luego no cumplen y que al llegar al poder miman y dan
concesiones a la élite económica del país, robándoselo muchas veces a los
ciudadanos recortando derechos y prestaciones, subiendo impuestos y
convirtiendo a los trabajadores en parias con contratos basura y salarios de
miseria.
El día que falte la solidaridad
entre las familias, la ayuda de los abuelos con sus raquíticas pensiones, o las
ayudas ofrecidas por las ONG, que los políticos no tengan la menor duda, habrá
un estallido social.
¿Cuánto vamos a tener que esperar
para que el gobierno reconozca que desde el momento que prometió crear 3 millones
de empleos y han generado 625.000 parados mas y 750.000 cotizantes menos a la
seguridad social, es un gobierno fallido?
¿Cuándo va a reconocer el
gobierno que un país donde se reduce el dinero para la educación y la sanidad y
donde más 650.000 niños carecen de lo más básico para tener una existencia
digna, es un gobierno que nos ha fallado a todos los españoles?
Pero no, el gobierno prefiere dar
solución a los problemas con una propaganda totalmente hueca, con un
triunfalismo descarado, insultando la inteligencia de los ciudadanos a los que
nos toman por palurdos, cuando no por tontos.
Por desgracia mientras el país siga
sustentado por políticos cuya máxima
aspiración sea apoyar a la élite económica del país, olvidándose de los graves
problemas que afectan a los ciudadanos, de procurarles una integración tanto en
el ámbito laboral como en el social, con una educación y sanidad universal,
gratuita y de calidad y de procurar un puesto de trabajo dignamente remunerado,
de garantizar una pensión digna y de
alejar la inmensa bolsa de pobreza, difícil será alejar el fantasma del
estallido social.
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